HOSTESS: NO FUE PARA MI

Es la primera vez que me corren.

Busqué un trabajo en Sayulita para hacer algo en las tardes. Me recomendaron trabajar en un lugar que se llama “La Rústica”. Cuando llegué a la entrevista mi jefe dijo: “Mira, es un trabajo fácil. Lo único que tienes que hacer es sonreír, verte bonita y llevar a los clientes a su mesa”.

“Perfecto”, dije.

No se que me pasó por la cabeza, pero no pregunté los horarios ni cuánto pagaban.

El domingo, (empezaba el lunes) mi jefe me dice que me espera mañana a las 3:30. Llegando pregunté a qué hora salía; a las 11pm ( 11!?) 8 horas, pues deben pagar bien pensé. 

200 pesos + propinas. 🙁

No es posible, pensé. Pero bueno ya estoy aquí.

El primer día acabé agotada. Como no puedes sentarte, tienes que estar 8 horas parada. El segundo día me acostumbre un poquito más. Más en confianza, como no llegaba nadie, salí a fumar un cigarro (2 min) y en la tarde llegó un parisino muy simpático que no entendía nada del menú, así que le traduje. Regresando, ubiqué al dueño en la barra, así que me acerque a presentarme, un hombre antipático y condescendiente. La verdad es que poca gente fue agradable conmigo. 

El viernes en la tarde el gerente me llamó (ese día no trabajo) y se sentó conmigo:

“Mira mami, ayer tuvimos junta con el dueño y no le gustó muchas actitudes tuyas”

“¿Como qué?”

“No le gustó que te saliste a fumar un cigarro, que te sentaste con un cliente a platicar y no le gustó que intentaste acercarte a él (al dueño).”

Me disculpe por las dos primeras cosas, la verdad tenía razón; soy la cara del restaurante y no puedo fumar, por lo que entiendo, también me equivoqué sentándome con el francés en su mesa jajaja. Pero lo que no daba crédito fue la tercera queja: ¿Qué tiene que me acercara a hablarle al dueño para presentarme? ¿No tengo derecho?

Ahí fue cuando entendí, claro, así es la mentalidad aquí. ¿¡Cómo es posible que YO empleada me atreva a acercarme hablar con el patrón?! Por eso se ofendió. Cuando para mi es completamente natural.

I don’t need this. Y por más que sea una nueva experiencia, nada de esto es para mi. Especialmente la condescendencia y el machismo escondido. 

Me limité a comentarle que deberían aclarar las reglas antes de contratar, le agradecí la oportunidad de dejarme trabajar, me levanté y le dije:

“Ah y Carlos, te lo pido, no me digas mami”.

Acerca de Nath

Hola, soy Nathalie Pelletier y tengo 24 años. Mi gran pasión es viajar y poder compartirlo con ustedes.

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